Porque no hay dos sin tres. Y porque toda lectura de Laura Norton se convierte en un rato agradable y distendido, no podía dejar pasar la oportunidad de leer su última novela Ante todo, mucho Karma, que se corresponde con la segunda parte de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.
Sara está saliendo con Aaron, ambos viven felices en la casa de la abuela, en pleno barrio de Malasaña (Madrid). Aaron ha obtenido tanto éxito con la canción que le escribió, que no para de hacer giras por medio mundo e incluso opta a un Grammy.
A Sara también le va todo estupendamente. Mario después del éxito en el videoclip, le solicita que cree el vestuario de una película de Carlos V.
Es todo tan idílico que la protagonista teme que se pueda acabar de un momento a otro, por ello, cuando Aaron le propone formar una familia, aunque Sara es consciente de que debería decir que no, acepta.
Mi opinión
Mi percepción de la novela se distancia mucho de las anteriores no resultando tan entretenida, quizá se deba a un exceso de expectativas ante la trama.
A pesar de ser una lectura fácil y llevadera, la primera parte de la novela se me ha hecho densa, dejándome con múltiples dudas acerca de esta elección en la que lo único que se detecta es la empanada mental de la protagonista, su toma de decisiones algo absurdas que convierten su vida en un caos y las continuas peleas con su hermana como si fueran dos eternas quinceañeras inmaduras. Tanto cúmulo de despropósitos y decisiones disparatadas de la protagonista me han dejado con la impresión de que, como suele decirse, segundas partes nunca fueron buenas.
También me ha parecido que tenía muchas prisas por publicar y he localizado una repetición de la palabra parraque hasta en cinco ocasiones, en pocas escenas que podrían pasar por alto, si no fuera por ser una palabra tan peculiar (quizá se daba a que es la primera vez que la había oído -leído- en mi vida. Pero la autora podía haber buscado un par de sinónimos). Además de un par de comentarios poco agraciados, con un exceso de menciones hacia las maravillas de las drogas, la posibilidad de que lanzaran piedras en el barrio de Sanchinarro por llevar burka (¿estamos hablando de España?), y un par de comentarios dignos de la polémica periodista Samantha Villar que pueden ofender a más de uno.
»Eso de poder entrar y salir sin preocuparme como cuando no era madre, era una sensación increíble, liberadora»
Seguramente me equivoque, pero me da la sensación de que la autora no ha sido madre todavía porque, aunque transmite muchos sentimientos contradictorios propios del post-parto, muchas de las situaciones las menciona por encima, cuando es una de las épocas en que más anécdotas se pueden encontrar. Por no hablar de dormir a una parturienta para practicar una cesárea.
En fin, no quiero finalizar dejando una mala sensación de boca. Y es que cabe matizar que en la segunda mitad del libro hay un poquito de acción que mejora la trama haciendo la lectura bastante amena, queriendo saber cómo acaba todo.
Además, los personajes de los padres de la protagonista, aunque su actuación es exagerada y desproporcionada, mantienen una relación adorable en el que muestran que el amor pervive entre ellos a pesar de los años.
El libro incorpora como novedad a un par de personajes a la trama: Rona Perotti (la socia de carácter fuerte y arrollador que actúa como una madre para la protagonista y con la que trabajará en el vestuario) y Martiño (modelo y actor, inseguro y nervioso).
Por último, os dejo con una cita que se puede aplicar a multitud de situaciones, incluyendo la sensación que me ha dejado la lectura de la novela.
»Supongo que siempre pasa, que las cosas nunca acaban siendo como las pensaste, por mucho que las hayas recreado mil veces en tu cabeza. O precisamente por eso»
Novela: Ante todo, mucho Karma
Autora: Laura Norton
Categoría: Best-seller\Romántica
Recomendación: No es necesario leer previamente la anterior, ya que la autora hace varias referencias hacia la primera. Aquí no sé si decir que es mejor que se lea una de las dos novelas de esta saga, porque de otro modo puede resultar decepcionante.
Si no has leído ninguna de sus novelas te recomiendo Gente que viene y ¡bah!