La armadura de la luz (Ken Follett)

Después del boom que consiguió Los pilares de la tierra, es imposible dejar pasar la oportunidad de leer la última novela de la saga de Ken Follett con La armadura de la luz. Sin embargo, como se suele decir, segundas partes (o quintas) nunca fueron buenas. Os mentiría si os dijera que entiendo el porqué de semejante título.

Sinopsis

La revolución está en el aire. 1792 Un gobierno despótico está deciddio a convertir Inglaterra en un poderoso imperio comercial. Y, desde el otro lado del mar, suenan tambores de guerra mientras Napoleón Bonaparte comienza su ascenso al poder y preapara un violento plan para convertirse en emperador del mundo.

Kingsbridge se asoma al abismo. Los avances industriales se imponen de manera implacable, sacudiendo las vidas de los trabajadores de las fábricas textiles de Kingsbridge. Las máquinas abren un mundo de oportunidades ligado, sin embargo, a la crueldad más despiadada.

Una nueva tiranía surge en el horizonte. Y a medida que el estallido de un conflicto se acerca, la historia de un pequeño grupo de personas -la decidida hilandera Sal Clitheroe, el idealista David Shoveller y Kit, el brillante hijo de Sal- se convertirá en el símbolo de la lucha de toda una generación que desea un futuro sin opresión…

Mi opinión

Dividida en siete partes nos muestra los acontecimientos más importantes de finales del siglo XVIII y principios del XIX, con dos temas fundamentales como son la industrialización y la guerra.

Las mentes desordenadas producen frases confusas, así que pongo empeño en que todo resulte fácil de entender”

Comienza con las arduas condiciones de la vida en el campo en el que los labriegos trabajaban para el terrateniente bajo unas condiciones de esclavitud y el poco valor que se daba a la vida. En este punto se encuentra la protagonista Sal Clitheroe y su hijo Kit, tras la muerte de Harry, marido y padre de los anteriores, por culpa de una mala decisión de Will Riddick, uno de los hijos del terrateniente para el que trabajaban. Tras lo cual tuvieron que emigrar a la ciudad, Kingsbridge, donde comenzará a trabajar en exclusiva para el capataz pañero metodista Amos Barrowfield, íntimo amigo de Roger Riddick, otro de los hijos del terrateniente, pero de gran inquietud cultural e inteligencia.

Otros personajes importantes son Joseph Hornbeam, el concejal y malo malísimo, Henry Northwood, coronel y conde de Shiring. Joanie y su hermano Jarge, David Shoveller, alias Spade, tejedor junto a su socio Sime y su hermana costurera Kate. Arabella Latimer esposa del obispo, su hija Kate, enamorada de Amos, pero se acaba casando con Kennelm Mackintosh, lo que me ha recordado a la película Lo que el viento se llevó.

Un hombre debe hacer lo correcto, aunque a veces eso conlleve dificultades”

Si hay algo que me ha sorprendido de esta novela es que, entre la multitud de personajes, nos introduce dos relaciones homosexuales, otras dos de adúlteras y por último, un par de escenas sexuales que no le pegan nada al estilo del autor. Es más, quedan un poco de pegote. No entiendo si han sido exigencia de la editorial o de alguno de sus negros, de los que hablan las malas lenguas.

En cuanto al primer tema muestra cómo la revolución industrial permitió confeccionar más rápido con menor esfuerzo, a la vez que se obtenían mejores resultados, más precisos, pero también conllevaba prescindir de mano de obra.

Quiero demostrar que puede haber industria sin explotación y negocio sin corrupción”

Por lo que, pronto llegarían las revueltas por las condiciones laborales y la exigencia de una ley de asociación.

También menciona la Guerra de la Independencia Española. Pero es en la parte final, al dedicar páginas enteras para narrar la batalla de Waterloo cuando se hace monótono y tedioso. Nos muestra los estragos de la guerra, no sólo en el campo de batalla, con tácticas de combate, el armamento utilizado y las míseras condiciones humanas, sino también cómo esos soldados que sobrevivieron se convierten en víctimas de una guerra que, en la mayoría de los casos, no decidieron acudir de motu propio, como sucedió con las patrullas de leva.

A los soldados les cuesta adaptarse de nuevo a la normalidad. Se han acostumbrado a la idea de que su vida carece de valor. Han matado a hombres y han visto morir a sus amigos, y esas experiencias anulan la capacidad de sentir compasión. El único modo que tienen de superarlo es ponerse una coraza. No pueden volver a vivir la vida como si tal cosa”.

No puedo decir que no me haya gustado, ni tampoco lo contrario. Es una novela entretenida, pero sin más. Me ha parecido que ha aprovechado el tirón de Los pilares de la tierra para «estirar el chicle» y escribir una continuación, que no es más que una sucesión de escenas de una época posterior. He echado en falta un hilo conductor. Al principio muestra con detalle, pero poco a poco, diluye esa precisión para abarcar más terreno y ya se sabe que, quien mucho abarca, poco aprieta.

Por último, no he escogido una gran cita, “la vida es así. Las cosas no siempre salían como uno esperaba” y, en estos tiempos de intransigencia os animo a escuchar, se aprende de la persona más insospechada.

Siempre es bueno escuchar a la gente, incluso a los que carecen de educación y son estrechos de miras”.

«(oración)-Oh, Señor, concédenos el valor para luchar por lo que está bien y la humildad para saber cuándo nos equivocamos»

Novela: La armadura de la luz
Autor: Ken Follet

Categoría: Novela histórica
Recomendación: Para leer con calma.

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