Después de haber leído a Javier Castillo en El día que se perdió la cordura, no podía dejar escapar la lectura de Todo lo que sucedió con Miranda Huff, su tercera novela.
Una pareja en crisis decide pasar un fin de semana de retiro en una cabaña en el bosque en Hidden Springs, pero cuando Ryan Huff llega para encontrarse con Miranda la puerta está abierta, hay dos copas de vino sobre la mesa, nadie en el interior y el cuarto de baño se encuentra lleno de sangre.
La desaparición de Miranda pondrá en vilo a Ryan que, poco a poco, comenzará a unir cabos y darse cuenta de que hace tiempo que no es consciente de lo que pasa a su alrededor, sumido como está en su guion.
Mi opinión
Todo lo que sucedió con Miranda Huff es una novela de suspense con un estilo directo, sencillo y atrayente que me ha recordado al de Mikel Santiago, que tanto me gusta.
Los personajes son escasos: el protagonista Ryan Huff, su esposa desaparecida Miranda, Jeremie Morgan el consejero matrimonial y James Black el amigo de la pareja y ex profesor de ambos, toda una celebridad en Hollywood. Respecto a éste último cabe destacar personajes como Jeff Hardy antiguo compañero y amigo, que trabaja en mantenimiento en la universidad de UCLA, Mandy la secretaria y Paula Hicks la profesora de historia del cine. También habría que nombrar personajes secundarios como los inspectores Sallinger y Sachs, Jennifer y Anne.
El hecho de que haya comenzado la lectura justo cuando tengo entre manos un nuevo proyecto como es el de adaptar un guion, al igual que la profesión de los protagonistas, me ha motivado a leer con mayor entusiasmo y sumergirme de lleno en el argumento. Algo que resulta realmente fácil y entretenido, gracias al estilo del autor, que demuestra que entretener se le da estupendamente.
La trama avanza alternando la narración de los personajes de este matrimonio («un matrimonio es como un guion. Cada diálogo cuenta«) mal avenido («cada día que pasaba estábamos más distanciados el uno del otro. Nos habíamos desincronizado, como dos relojes desacompasados que ya nunca coincidían a la misma hora«), siempre en primera persona, y con el del profesor James Black, en tercera. Intercalando pasado y presente de forma aleatoria, de forma que en ocasiones no sabes con cuál de ellos te vas a encontrar, ni en qué momento temporal.
«Mi padre siempre me dijo que tenía que asumir la responsabilidad de mis actos»
Repentinamente, sin darme cuenta, me he encontrado en mitad de la obra y por mucho que avanzaba la lectura, y en la profundidad de los personajes con sus deseos y anhelos, me he encontrado igual que al principio. Me ha dado la sensación de que estuviera corriendo un maratón sin moverme del sitio. No por ello ha decaído mi entusiasmo, ni la lectura se hace monótona o tediosa, ya que explica con cuentagotas determinados aspectos de la vida de los personajes, reveladores para la extraña desaparición de Miranda Huff.
A partir de ese momento, con todas las cartas sobre la mesa, han comenzado los giros argumentales, de modo que, cuando pensé que estaba todo claro, era justo lo contrario: nada era lo que parecía en un principio.
Me gustaría destacar dos puntos que he encontrado de similitud con su primera obra: El día que se perdió la cordura. El primero de ellos es que Javier Castillo no duda en crear un personaje que acabe con víctimas inocentes apenas sin remordimiento, y el segundo, es que los personajes están al límite de la locura, una vez más.
Para finalizar, he escogido una frase que es una lección de vida y de superación:
«Las cicatrices nunca se fueron. Esas nunca se van. La cicatrices siempre se quedan para recordarte cómo saliste adelante»
Novela: Todo lo que sucedió con Miranda Huff
Autor: Javier Castillo
Categoría: Best-seller/Suspense/Misterio
Recomendación: Perfecta para retomar el amor por la lectura en estas vacaciones. Estilo directo, sencillo y sencillamente, adictiva.