Las matemáticas nunca fueron mi asignatura favorita. Por lo que fui algo reticente con el comienzo de la lectura de La fórmula Preferida del Profesor, la novela más leída de Yoko Ogawa. Sin embargo, tan pronto como me sumergí entre sus líneas se disiparon todas mis reservas.
Entre números primos, números amigos, números perfectos y algoritmos, transcurre una tierna y emotiva historia escrita bajo el más estricto anonimato de sus personajes. De este modo Yoko Ogawa nos relata la vida de un viejo profesor de universidad inhabilitado en su profesión a causa de un trágico accidente de tráfico por el cual queda incapacitado para memorizar por un tiempo superior a ochenta minutos.