Escogí Tan frescas, Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI, de la escritora Anna Freixas Farré, pensando en compensar el libro que le dejé a mi suegra y aprovechando para dejárselo a mi madre. Sin embargo, tras la lectura he cambiado de opinión.
Sinopsis
Una nueva generación de mujeres mayores comienza a asomar: son las hijas del «rock & roll» y del feminismo, que hoy tienen sesenta, setenta y ochenta años. Han roto muchos moldes, son independientes, activas y exigentes, y los estereotipos de la vieja modosita no le sirven.
Mi opinión
Acabar de leer Tan frescas me ha llevado más de dos semanas, sin contar con el parón que he tenido que hacer y las dos novelas que he intercalado para superar sus líneas.
El libro está dividido en diecisiete capítulos en los que se tratan los diversos temas que afectan a las nuevas mujeres mayores del siglo XXI: salud, belleza, sexualidad…
La lectura me ha parecido bastante costosa y densa, en parte debido a que no me siento identificada con el rango de edad al que va dirigido.
El libro está repleto de obviedades, que expone con rodeos, sin aporte extra y creo que hubiera ganado más, si en cada uno hubiera incluido anécdotas.
“Nacer es iniciar una senda que tiene un fin: morir. Nacer y morir no son más que elprincipio y el fin de un recorrido vital del que cada quien dispone de un capital de partida”
Muchas y diversas no somos una mas uniforme» “Somos muchas, pero somos diferentes. (…) La multiplicidad de experiencias personales hace imposible definir un modelo de envejecer, una pauta, un objetivo que encierre las claves de la felicidad, la salud y la calidad de vida”
“Las personas mayores suponen, pues, un grupo diverso y heterodoxo, con diferencias importantes en sus hábitos, actitudes y valores, y también en las condiciones de vida en que se encuentran en la salud y en los recursos económicos y de todo tipo de que disponen”.
Aborda la vejez, la mayor esperanza de vida, desde el feminismo y la discriminación por edad (edadismo).
“… podemos inventar y poner en circulación términos que nos definen y nos permiten identificarnos en nuestro tiempo y espacio, como los de mujeres sin cargas maritales, mujeres de edad, vivir a solas, y tantos otros que se nos pueden ocurrir. Nombremos las cosas por su nombre, seguramente perderemos el miedo».
Sin embargo, clasificar por edad es un arma de doble filo, porque no creo que exista una edad para determinados pensamientos como: el conocimiento
“Necesitamos saber cosas, retar nuestro conocimiento adentrándonos en lo desconocido, conocer y comprender ideas que son contrarias a las nuestras, reflexionar críticamente sobre nuestra concepción del mundo”.
Cambiar nuestra percepción de las cosas:
“Las cosas graves de la vida nos sitúan en otro lugar, zarandean nuestra escala de valores y nos ayudan a saber qué es lo que realmente importa”.
La inactividad:
“La inactividad es interpretada negativamente, de tal manera que no queda margen para la aceptación de quienes no pueden estar activas”
La salud y el bienestar:
“debemos escuchar a nuestros cuerpos y valorar el peso que nuestras vidas tienen sobre la salud y el bienestar
«Necesitamos dormir porque es lo que nos permite la recuperación del cerebro y del estrés»
No se puede generalizar ni circunscribir a un rango específico de edad, ya sean personas mayores, jóvenes, niños o adolescentes. Este es un punto que he encontrado en varias de sus temas, afirmar y negar al mismo tiempo. Lo que no implica que no esté de acuerdo en algunas de ellas.
«Ahora que somos mayores percibimos algunas cosas de manera diferente. Por una parte, nos vemos más jóvenes de lo que realmente somos, y por otra, el tiempo curiosamente pasa más deprisa que nunca”“Mejoras con el paso de los años: más confianza, más realistas, más benevolentes y compasivas, práctica libertad, aprender a gestionar, mente más abierta con menos prejuicios».
Sin embargo, otras me resultan un tanto obsoletas
“Envejecer bien se asimila a parecer joven” señor se considera una señal de reconocimiento y valoración mientras que señora es no ser joven».
“Roles sexuales y de edad que se representan en la televisión suelen ser tradicionales». «Necesitan imágenes que reflejen la diversidad«. Sin embargo, existen películas que muestran romances de mujeres mayores: Los puentes de Madison, sin ir más lejos, Cuando menos te lo esperas, Book club…
(Ante un olvido) «Pensamos que estamos perdiendo control sobre nuestra vida y sentimos temor e inseguridad«y algunas ideas me han dejado boquiabierta
“Las mujeres mayores se ríen, ¿de qué?, piensan algunos. ¿Cómo es posible que aún les queden ganas de reír?”
En definitiva, es un libro que no he logrado empatizar en ningún momento y muchas de sus páginas se podrían reducir, incluso eliminar, sin temor a perder ni un ápice su sentido. Sin duda, las mujeres de más de sesenta y cinco encontrarán muchos más puntos de conexión entre sus líneas que yo, por lo que espero que la autora no me lo tenga en cuenta.
Para finalizar, me gustaría dejaros una cita de Ángeles Caso que se transcribe en el libro:
“Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de los bueno (…). Echar deseperadamente de menos a los que tengan que irse, porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada”. Ángeles Caso
Novela: Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI
Autor: Anna Freixas Farré
Categoría: Narrativa
Recomendación: Para mujeres mayores de sesenta y cinco.