Patria (Fernando Aramburu)

En esta ocasión vengo a comentar un libro que recientemente se ha llevado a la pequeña pantalla, Patria, del escritor Fernando Aramburu. He de decir, que llevaba tiempo pensando en este libro por las numerosas personas que me han recomendado su lectura y no me ha quedado más remedio que comprobar, por mí misma, si eran acertados sus comentarios.

Argumento

El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.

Mi opinión

Patria es una novela que analiza el conflicto vasco desde dentro aportando diferentes puntos de vista. Para ello, hace uso de los componentes de dos familias que han sido uña y carne desde hace décadas y cómo la radicalización de las ideas ha consumido la amistad, el cariño y el respeto mutuo y, como se comenta en el propio libro, «Algún día no muy lejano pocos recordarán lo que pasó«. Lamentablemente, creo que ese día está aquí mismo, cuando se quiere blanquear ese terrorismo.

«No te hagas mala sangre, hermano. Es ley de vida. Al final, siempre gana el olvido».

A nivel narrativo, me ha llamado la atención el estilo del autor con frases a medio finalizar, que en un primer momento pensé que eran erratas («y pesadez de estómago y.»; «la madre que me.»).

En cuanto a la trama, me parece que explica con gran maestría el conflicto vasco, expone hechos, dando voz a cada uno de los personajes en capítulos cortos. de estas dos familias, cuya amistad viene desde hace décadas cuando Miren y Bittori pensaron en meterse a monjas, pero entonces conocieron a Joxian y a Txato, sus futuros maridos, y sus familias se hicieron inseparables hasta que. El matrimonio de Miren, Joxian, tuvo tres hijos: Arantxa (la voz discordante de la familia), Joxe Mari y Gorka (amante de los libros), y la radicalización de la ideología de uno de ellos los arrastró a todos y los enemistó con Txato, Bittori y sus hijos Xabier (médico) y Nerea (abogada).

La historia me ha hecho retroceder en el tiempo, tanto por los estudios de Criminología, Sociología y Delincuencia juvenil, -con la investigación sobre la kale borroka-, como por algunas situaciones familiares. Si bien, faltan algunos datos, me parece que es un libro bastante completo en el que se muestran las diferentes posturas ideológicas.

Por un lado, quien «…entendía la militancia como un sacrificio por la liberación de nuestro pueblo y que si alguien la venía con el cuento de que se había metido en una banda de criminales, que no se lo creyeran, que él lo hacía por Euskal Herria«; haciendo uso de «Bombas para defender los derechos de nuestro pueblo«.

Por otro lado, los que «no quieren líos y optan por la diplomacia y el silencio«, quienes saben que «A los violentos les encantaría que todos participásemos de su juego. Así tendrían pruebas de esa guerra que sólo existe en sus cabezas» y quienes justifican que con ellos no se meterían por ser empresarios que dan trabajo, pero sobre todo porque: «Soy de aquí, me conocen. Hablo euskera«.

De este modo se expresan las ideas de quien se siente ajeno, quien se implica a costa de su vida, quien calla, quien se siente protegido por ser «hermano de«, quien manifiesta su superioridad con expresiones como: «Hombre formal, trabajador, que la respeta y la quiere(…), aunque no habla euskera» o «No es vasca, pero bueno«. También está la actitud loable de las víctimas «No dejemos que el odio amargue nuestras vidas (…) que todo esto no nos haga malas personas«

Al final, la verdad siempre cae de lleno, como un jarro de agua fría en pleno invierno, y mantenerse al margen nunca fue una buena opción: «Les han llenado el cerebro de consignas. Monos manejables«; «El veneno de la doctrina (…) De los duros o de los brutos. No sabe ni cómo se abre un libro«; (En las manifestaciones) «Siempre había ojos dedicados a controlar quién estaba y quién no«.

Con tanto terror y barbarie gratuita, algunos consiguen abrir los ojos: «No es que vea las cosas de forma distinta. Es que por fin las veo«; «Los usan a todos. Unos borregos (…) les calientan la cabeza, les dan un arma y, hala, a matar (…). Se creen unos héroes porque llevan pistola. Y no se dan cuenta de que, a cambio de nada, porque al final no hay más premio que la cárcel o la tumba, han dejado todo lo que les mandan cuatro aprovechados«.

Sin embargo, siempre quedan los que aún no lo ven: «Somos víctimas del Estado y ahora somos víctimas de las víctimas«.

También muestra esa pequeña parte de los que se salen, arrepentidos o no:

«Se salió de ETA (…) Ya venía tocado en sus convicciones de un tiempo a aquella parte. Todo influye: la soledad carcelaria; las dudas, que son como mosquitos de verano que paran de rondarte; ciertos atentados que, por mucho que aprietes, no caben en el hueco cada vez más estrecho de las justificaciones..

«Constató: pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba. Eso lo hace cualquiera. Basta con ser joven, crédulo y tener la sangre caliente. Y no es sólo que se necesiten un par de huevos para reparar sinceramente, aunque no sea más que de palabra, las atrocidades cometidas».

La novela, me parece un descubrimiento, es emotiva hasta el enojo, describe a los personajes de forma que se sigue perfectamente la trama, envolvente, interesante y adictiva. Lo que menos me ha gustado, sin duda alguna, es el final. Después de una lectura de tal intensidad me parece que le queda una puntada sin hilar, un «pelillos a la mar».

Para finalizar, me gustaría dejar una frase que se sale del argumento central de la novela, pero que es válida para todos, porque nos hacemos expectativas y al final, la vida o será el destino, nos ofrece un camino distinto:

«Nos esforzamos por darle un sentido, una forma, un orden a la vida, y al final la vida hace con uno lo que le da la gana»

Novela: Patria
Autor: Fernando Aramburu
Categoría: Narrativa / Ficción histórica
Recomendación
: Para todo público capaz de pensar por sí mismo y sacar sus propias conclusiones.

Incluye un apéndice con la traducción de las palabras al castellano

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Archivado bajo Best-sellers, Histórica, Narrativa

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