No soy muy dada a la literatura fantástica, pero La Canción Secreta del Mundo (José Antonio Cotrina), desprende una melodía difícil de resistir.
La novela está estructurada en tres capítulos y un prólogo en el que nos introduce a la protagonista: Ariadna. Ella no es una chica normal y corriente, tiene un ojo de color azul y el otro sin iris, simplemente negro, como ese pasado que desconoce puesto que ha perdido la memoria. Sus recuerdos se remontan a un centro de menores sito en Alemania, en el que conoció a un niño huérfano, Steve. Su suerte cambió al ser ambos adoptados por Edmund y Ángela. De eso hace cuatro años.



