La vida imaginaria (Mara Torres)

Esta semana me recomendaron La vida imaginaria, Finalista del Premio Planeta 2012, escrito por la periodista Mara Torres. «Sí, la del programa de radio». Ni idea, no lo he escuchado, pero ¿qué queréis que os diga? Después de la lectura, ni ganas oírlo, ni mucho menos de repetir un finalista de Premio Planeta. Mira que os habéis lucido…

Sinopsis

¿Qué pasa por tu cabeza cuando la persona a la que quieres se va? ¿Qué haces con tu vida cuando tienes que pensarla otra vez? ¿Te la inventas?

El mundo de Nata se llena de preguntas cuando Bet la deja. Pero el tiempo no se detiene, y los episodios que Nata cuenta de su propia historia la van llevando hacia un lugar donde todo vuelve a ser posible.

Mi opinión

Dado que me prestaron el libro y me lo recomendaron con gran entusiasmo, porque en palabras textuales «me he divertido mucho y me he sentido identificada», no me leí la sinopsis. De haberlo hecho, seguramente me habría echado atrás y habría declinado la oferta. Pero sólo me fijé en que era finalista del Premio Planeta y eso parecía jugar a su favor, o eso pensaba. Ahora puedo decir abiertamente que cada día estoy más defraudada con estos premios asignados a dedo a periodistas y escritores con trayectoria. Lo siento, pero no.

La vida imaginaria es una novela corta, etérea, parece que lees pensamientos que se suceden de forma un tanto aleatoria, sin orden ni concierto, como si la estructura de una novela fuera una nimiedad innecesaria. Sin embargo, es a la vez una novela entretenida, de fácil lectura, que me he ventilado en una tarde, en gran medida a la espera de entender a la protagonista y encontrar un sentido a la trama. Cosa que no he conseguido.

No me he sentido identificada con la protagonista, Fortunata (Nata) Fortuna, de nombre original, pero de una personalidad complicada, por decirlo de algún modo. Me ha parecido un poco trastornada, obsesiva, desorientada y al borde de la locura. Además, posee una imaginación febril, pero al mismo tiempo que quiere libertad pide firmar un contrato para garantizar esa relación libre, lo que me parece un tanto incongruente.

«Amor, es sólo por un tiempo. Si nos separamos nos estamos dando una oportunidad de echarnos de menos, de saber qué queremos en la vida»

«Amor», me dijiste.

Que sí, que todos en algún momento perdemos el norte, no digo que no y menos yo, pero cuando lo contamos es porque hemos cerrado de alguna manera la herida. Y digo cerrar, porque no entiendo ese cierre final tan difuso, como el resto de la novela. ¿Podría ser una forma original de acabar? No, porque lamentándolo mucho, no deja huella. Tal es así, que he tenido que releerlo antes de escribir esta reseña y no han pasado ni veinticuatro horas.

No es una novela que marque y tengo dudas a la hora de catalogar el género literario. No sé si decir que es un drama, intimista, que trata sobre las relaciones de pareja, la rutina, la falta de comunicación y los convencionalismos. Todo ello expresado por la propia protagonista, sin mostrarlo con acciones.

«… ser libre y no vivir en el mundo en el que te habían educado, donde todo estaba organizado y no cabía espacio para la improvisación»

Por este mismo motivo creo que es un libro orientado a un público específico, femenino, joven, que acabe de salir de una relación amorosa fracasada y se pueda sentir más identificada.

Los personajes no son profundos. Los introduce a través de encuentros en los diversos capítulos, pero la mayor parte de ellos no tienen mayor participación o es tan tenue y escasa, que la historia los sobrevuela, sin un perfil definido más allá de las relaciones: de amistad («Sabes que alguien te quiere no porque te lo diga, sino porque te lo hace sentir»), de pareja («Se lo perdonamos todo porque sabemos que cuando uno está enamorado se convierte en un panoli»), de pareja estable y perfecta que se ve amenazada por la rutina («Yo me niego a formar parte de éste -mundo- en el que me han educado. No quiero que un día nos encontremos en el sofá tirados, preguntando quiénes somos porque ya no nos reconocemos») y la ruptura de pareja («La pasión es como el champán: con la misma intensidada con la que sube, baja»).

En definitiva, La vida imaginaria es una novela ligera, con un argumento un tanto flojo y difuso, y un final intrascendente que evapora los recuerdos tan rápido como se lee. Si fuera el primer libro de una adolescente no le daría caña, pero siendo como es una periodista de renombre, me parece que la lectura deja mucho que desear. Es decepcionante para ser finalista de un Premio Planeta.

Para concluir, os dejo una cita que es a la vez una forma de dejar a alguien con ese manido «dale tiempo al tiempo», porque es lo único que he extraído de esta lectura.

«Qué jodido el tiempo. Todo lo cura»

Novela: La vida imaginaria
Autora: Mara Torres
Categoría: Narrativa/Drama
Recomendación:
Lectura sin pretensiones.

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Archivado bajo Best-sellers, Drama, Narrativa

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