Sus ojos cansados se han acostumbrado a la visión del inquebrantable muro de hormigón de tres metros de alto, que ha divisado desde su ventana durante veintiocho años.
Sin embargo, después de tanto tiempo, ha llegado el ansiado día de derribarlo. Por la emisora de radio han anunciado la apertura de la frontera, a partir de esa medianoche. Momento en que se podrá cruzar sin necesidad de permisos especiales.



