La Dueña (Isabel San Sebastián)

Escogí La Dueña, novela de la periodista Isabel San Sebastián, para darle una oportunidad, a pesar de sus comentarios maliciosos en cuanto a los «negacionistas». Por lo que, he tratado con objetividad la lectura, hazaña harta difícil cuando en más de una ocasión, mientras leía, me he acordado de sus comentarios y me han entrado ganas de lanzarle el libro a la cabeza. Una no es de piedra. Pero, superada la tentación, en gran medida gracias a que nunca me he cruzado con ella, le he dado una oportunidad y mis impresiones son encontradas.

Sinopsis

Año 1069 de Nuestro Señor. Cristianos y musulmanes libran una lucha sin cuertel en Hispania, divididos a su vez en reinos y taifas arrasados por disputas intestinas. En ese mundo despiadado, Auriola relata a su nieto Diego la gesta de su abuelo Ramiro, caballero de frontera caído en combate al servicio de su rey,  mientras defiende sola la tierra que su esposo ganó con la espada. Abuela y nieto deberán sobrevivir a las guerras fratricidas entre Navarra, León y Castilla, salvar el legado familiar y plantar cara a la brutal acometida de los almorávides.

Mi opinión

La Dueña es una obra de ficción histórica ambiciosa, ya que trata de abarcar la Reconquista, una época bastante amplia y, aunque se centra en la vida de Ramiro de Lobera y su mujer Auriola de Lurat, nos muestra la España del siglo XI. Una España dividida en taifas, pero también en egos de unos mandatarios ávidos de poder, capaces de emprender guerras fraticidas con tal de conseguir convertirse en el rey de los cristianos.

«… incapacidad de aceptar que la ambición, frecuentemente unida a la soberbia, llevara tan a menudo a los hombres a cometer las mayores vilezas»

Esta parte es una de las más importantes para aprender de historia, ya que,

«El rencor, las inquinas, las conjuras y el afán de venganza volvían a sentar plaza en la corte»

A mi parecer, es una novela muy osada. Como dice el refrán Quien mucho abarca, poco aprieta. Y es que, a costa de narrar por encima hechos históricos, no se logra empatizar con los protagonistas. Sobrevuela las emociones sin llegar a cuajar en el lector.

Auriola es una figura muy importante, de ficción, que queda diluida por tanta narrativa. Una lástima, dada la intención de la autora por enfatizar la fortaleza de muchas mujeres que levantaron haciendas y familias a la sombra de unos maridos ausentes embarcados en continuas batallas por un trono que estaba constantemente en peligro.

«Mujeres fuertes, audaces, valientes. Viudas de guerra obligadas a sustituir a sus esposos caídos en combate y dotadas para ello de unas prerrogativas legales extraordinarias en un mundo terriblemente misógino».

Unas guerras en las que combatían soldados, pero también campesinos llamados a combatir por su señor, con el consiguiente desastre anunciado.

«Eran en su mayoría campesinos que habían tenido que valerse por sí mismos. Por eso sabían hacer de todo, aunque en nada fueran maestros, salvo en predecir cuándo caería una helada o si la cosecha saciaría el hambre ese año».

Nos muestra los matrimonios concertados en una época en la que la mujer poco tenía que decir, salvo confiar en el buen criterio de sus progenitores y en la providencia para que la unión no la sucumbiera en la desdicha.

«El matrimonio es una cuestión de respeto, conveniencia y amistad».

Una sociedad que, hasta hace bien poco, consideraba a una mujer soltera una desgraciada.

«Acumulaba méritos sobrados para ser considerada una persona rara, esquiva y abocada a convertirse en solterona».

También nos muestra la ceguera de la juventud y la impaciencia, cuando el deseo por conseguir un sueño nos impide pensar sobre la forma más adecuada de obtenerlo.

«La valentía no está reñida con la sensatez»

«Nuestra mayor fuerza reside en la cabeza, que es la que nos lleva a tomar decisiones acertadas, incluida la retirada cuando no queda otra opción».

«Las tragedias rara vez se nos anuncian e incluso cuando lo hacen solemos ignorar sus señales. De no ser por esa ignorancia, la vida resultaría insufrible»

No os voy a negar que en determinado momento me he liado, y aún tengo dudas, con la distinción entre almorávides, almuédanos, mozárabes, ismaelitas y sarracenos que utiliza indistintamente.

En definitiva, La dueña es una obra de ficción histórica en la que nos muestra la ambición, la lealtad, los rencores y alianzas en la Reconquista, una amplia época en la que es fácil perder el hilo familiar aun con el croquis que incluye en su anexo.

Para finalizar, he escogido una cita de superación para que no olvidéis cuál es vuestro objetivo. No os detengáis en el camino con peleas estúpidas que no os aportan y sólo os ralentizan el avance, cuando no os desvían.

«El rencor envenena el alma. Es preciso levantarse después de cada tropiezo para seguir caminando, incluso cuando hayas caído a causa de una zancadilla. No merece la pena detenerse a pelear, salvo que te veas obligado a hacerlo. En caso contrario, la venganza no te hará más llevadero el sufrimiento ni traerá la paz a tu corazón».

«Cuanto antes lo afrontara, antes vencería sus miedos»

«Aprende a distinguir el halago de la amistad verdadera»

Novela: La dueña
Autora: Isabel San Sebastián

Categoría: Ficción histórica
Recomendación: Lectura sin pretensiones.

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Archivado bajo Histórica, Narrativa

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