Estoy entre indignada y sorprendida por la notificación que recibí ayer. Ni más ni menos que una multa de tráfico proveniente del Ayuntamiento de Valencia, que ha sido interpuesta por un agente de tráfico a la moto que tengo aparcada en el garaje. Moto que no se ha movido en los últimos seis meses.
Y quizá pensaréis: ¿cómo puedes estar tan segura?
Pues, simple y llanamente, porque no tiene ni pizca de batería desde ese tiempo. ¿Acaso alguien la ha ido empujando hasta Valencia?
Me parece surrealista. Daría mucho la nota y aparecería no sólo en las cámaras de la DGT, sino también en el telediario para mostrar cómo un lumbreras atraviesa media España por carreteras nacionales empujando una motocicleta.



