Comienzo el mes de marzo con la reseña del regalo de Reyes: Juego de mentiras (The Lying Game), la última novela de Ruth Ware que deseaba adquirir desde que leí La mujer del camarote 10.
Sinopsis
Cuando Isa recibe un mensaje en plena madrugada que dice «os necesito», comprende enseguida que el pasado ha vuelto para ajustar cuentas. Pese a que ha hecho lo indecible por olvidar aquel episodio oscuro que marcó su adolescencia, su fidelidad a Kate se antepone a todos sus temores. Así que no duda un instante en tomar el primer tren desde Londres hasta el pueblo costero de Salten, donde la marea baja acaba de dejar al descubierto los restos de un cadáver.
Al mismo lugar acudirán Fátima y Thea, las otras dos chicas de aquel cuarteto tan especial que en el internado formaban una piña, una unión que culminó en una promesa solemne. Aficionadas al peligroso juego de las mentiras y a saltarse las normas del colegio, sus caminos se separaron de forma abrupta y dramática. Ahora, este reencuentro súbito las obliga a revisar sus recuerdos y a compartir sus secretos sobre el episodio que cambió sus vidas, aunque con ello afloren unas cuantas verdades para las que quizá no estén preparadas.
Mi opinión
Juego de mentiras muestra cómo el fiel vínculo de la amistad se puede ver deteriorado por los secretos, los engaños, las trampas y las mentiras, de un juego peligroso, que tiene sus normas básicas: 1) Di una mentira, 2) Cíñete a tu relato, 3) Que no te pillen, 4) Prohibido mentirnos entre nosotras, 5) Date cuenta cuándo has de parar de mentir.
Una vez más, Ruth Ware borda la ambientación, con una precisión en los detalles que da la sensación de que estás visionando la película, consiguiendo que el lector se imbuya en ese ambiente solitario, un molino que se derrumba a pedazos, y su propietaria aislada del mundo y de la sociedad, que se consume poco a poco, embargada por las deudas, temores y culpabilidad.