Hace tiempo que no leía una novela jurídica e incapaz de resistirme ante el descubrimiento de El Inocente, novela escrita hace una década por el escritor Michael Connelly, la adquirí en un mercadillo.
El argumento se centra en torno a Michael Haller, un abogado penalista sin escrúpulos, que se destaca por defender a prostitutas y narcotraficantes. Su único fin es buscar los fallos en el sistema judicial para reducir la condena o la liberación de su cliente. Divorciado en dos ocasiones, de Maggie McPherson (apodada Maggie McFiera por su tenacidad como ayudante del fiscal jefe) y de Lorna Taylor (su secretaria y directora de casos) y padre de una hija. En el historial de este abogado defensor existen contados casos de defensa criminal, uno de ellos es Jesús Menéndez, que cumple condena por un crimen ocurrido años atrás. A pesar de ello, no es un mal abogado y recibe el encargo de la defensa de un rico heredero, Louis Roulet, detenido por el intento de asesinato de una prostituta. Este puede considerarse el caso filón, por el dinero que puede llegar a ganar en caso de acudir a juicio.
Después de tantos años Michael Haller confía en saber detectar la inocencia, pero pronto será consciente de que le resulta imposible.