En el aniversario de la muerte de la escritora Ana María Matute, 25 de junio, finalicé la lectura de Demonios Familiares, obra póstuma de la escritora cuyo fin queda inacabado al sobrevenirle la muerte.
Poco se puede decir de Ana María Matute que no se sepa, habiendo cosechado multitud de premios a lo largo de su vida Premio Nadal, Premio de la Crítica 1958, Premio Nacional de Literatura, Premio Planeta, miembro de la Real Academia Española, Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra y, en 2010, Premio Cervantes.
El argumento de Demonios Familiares se centra en el verano de 1936, en la Guerra Civil española.
La protagonista es una adolescente, Eva, que ha sido rescatada tras un incendio provocado por los republicanos en el convento en el que estaba recluida. Eva sólo ha conocido dos hogares, su casa y el convento. Huérfana de madre ha vivido siempre aislada del mundo, bajo la estricta disciplina de su padre el Coronel -ahora impedido en una silla de ruedas-, y su abuela a la que todo el mundo llamaba Madre, sin apenas afecto salvo el ama de llaves y cocinera, Magdalena. Sigue leyendo