Esta semana os dejo un relato de mi cosecha y una encuesta al final para que lo valoréis. Espero que os guste.
Estoy completamente exhausto. El día ha sido agotador. No he parado ni un momento. Mis extremidades sienten la pesadez de tantas horas en pie y nada más aproximarme a la cama, caigo rendido. En cuanto mi cuerpo siente el mullido colchón bajo el peso de mi cuerpo, se relaja. Pero, a pesar de que mi cuerpo descansa, mi cerebro tiende a seguir trabajando. Inevitablemente persiste en la idea de arreglar los problemas que me han surgido durante el día. Cierro los ojos con fuerza y respiro profundamente con la intención de alejar las preocupaciones. Los ejercicios de respiración consiguen que poco a poco deje la mente en blanco y me sumerjo en una situación de duermevela que me atrapa. Mis músculos se aflojan y la respiración va tornándose en una melodía lenta y pausada que me acuna.