El mentiroso (Henry James)

En cuanto vi el título El mentiroso, un clásico, me dije: ¿Cómo no voy a leer esta novela corta de Henry James, si ya lo hice con el libro de Mikel Santiago, el primero de la trilogía de Illumbe, con el mismo nombre? En un rato me lo había ventilado. El resultado, recomendable.

Sinopsis

Oliver Lyon, conocido pintor inglés, acude como invitado a una casa de campo en donde coincidirá con Everina Brant, mujer a la que amó hace años y de la que sigue enamorado. Ella está casada ahora con un excéntrico personaje, el coronel Capadose, un mentiroso compulsivo. Obsesionado por desenmascarar a este mitómano, Lyon se propone retratarlo de tal manera que el defecto de su rival se refleje en su lienzo y ello haga caer la venda de los ojos de Everina.

Mi opinión

Comencé la lectura por casualidad. Iba camino de la playa y, de repente, tenía tiempo libre. ¡Qué lástima no tener un libro!, me dije. Me crucé con mi madre, que sabe bien de mi aficción. (De raza le viene al galgo). Y cuando me ofreció El mentiroso (The Liar) lo tuve claro. En un rato me leí la mitad de esta novela corta, unas ciento cincuenta páginas de pura narrativa, y ya no pude parar.

El protagonista, el pintor Oliver Lyon, es invitado a una casa de campo donde tendrá que pintar al anfitrión, David Ashmore. Si bien a su llegada no lo recibe éste, sino su hijo Arthur, (un «caballero inglés de mejillas lozanas y ancho cuello, pero no era un tema interesante; podría haber sido granjero o banquero: habría sido muy difícil retratar sus peculiaridades«). Durante la cena coincide con Everina Brant, con la que mantuvo un romance en el pasado, y también su marido, el coronel Capadose, un mentiroso patológico.

«Es un mentiroso platónico. Es desinteresado, no actúa con la esperanza de obtener nada ni de hacer daño. Lo hace por amor al arte y lo empuja el amor a la belleza. Tiene una visión personal de lo que debería haber sucedido, y contribuye a la buena causa…»»Su mejor cualidad era una sociabilidad indiscriminada que daba por hecho el interés y la credulidad de los demás y, en cambio, de eso no presumía…»

El triángulo amoroso está servido y, a partir de ahí, el afán de Oliver será retratarlo para mostrar cómo es en realidad el coronel, algo a lo que éste accede gustoso, aunque el resultado no le sea de su agrado, mucho menos a su mujer. El desenlace final es un giro inesperado, que me ha sorprendido y entristecido por igual. No por ello menosprecio la novela, sino todo lo contrario. Cuando una obra consigue estremecer de esta manera significa que el autor ha hecho un gran trabajo. Y es algo que consigue con un narrador en tercera persona, omnisciente, que involucra al lector de forma activa («La curiosidad de Lyon sobre este punto puede parecer fatua al lector, pero algún derecho tendrá un hombre decepcionado», «nuestro amigo…«) y le sumerge en la trama con unas descripciones sencillas y elegantes, que logran ahondar en la psique humana. Lo importante no es sólo lo que dice, sino cómo lo dice.

«Examinaba en primer lugar los libros de los estantes y los grabados de las paredes. Consideraba que estos elementos eran una pauta para valorar la cultura, e incluso el carácter de los anfitriones«.

«Era uno de esos ancianos que son un fabuloso depósito de archivos«.

«su rostro es de tipo romano, a pesar de que tenga ojos tan ingleses»

Sin dejar a un lado el retrato de la época respecto a la mentalidad de la clase noble, como en cuanto al papel de la mujer.

«Sostenía que un caballero sólo debía ser retratado una vez en su vida, que era una muestra de ansiedad y presunción ir colgando retratos por todas partes. Eso estaba bien para las mujeres, que eran un bonito motivo de adorno para las paredes; pero el rostro masculino no se prestaba a la repetición con finalidad decorativa»

«…las mujeres no tienen imaginación para el trabajo de los hombres y no van más allá de la idea de que carece de importancia»

Para finalizar, me gustaría dejar una cita para reflexionar y que me genera múltiples preguntas, entre ellas: ¿Nos cae bien alguien siempre y cuando no nos sintamos engañados? ¿Creemos lo que queremos creer sólo porque nos caiga bien la persona o porque nos interesa?

«¿Insinúa que me gusta la gente en proporción a su capacidad de engaño? -Creo que eso nos pasa a todos, siempre que no averigüemos la verdad»

Novela: El mentiroso
Autor: Henry James

Categoría: Bestseller / Narrativa / Novela corta
Recomendación: Un clásico siempre es recomendable, máxime cuando es de rápida lectura y con un final inesperado.

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