Esta semana me he dejado llevar por El último verano de Silvia Blanch, un título que me ha recordado a las novelas de Mikel Santiago, pero en esta ocasión su autora es Lorena Franco, una escritora cuyo nombre he escuchado con frecuencia últimamente, aunque no había tenido la ocasión de toparme con ninguno de sus libros.
Lo que más me ha sorprendido, más allá de su obra, es saber que tiene cuatro retoños y quince libros a su espalda. Todo un reto.
Argumento
La última persona que vio a Silvia Blanch, desaparecida sin dejar rastro el verano de 2017, está muerta. Silvia era joven, guapa y estaba destinada al éxito.
Alex, una joven periodista, será la encargada de ir hasta el pueblo de Montseny, donde vivía Silvia y donde se le perdió la pista, para hablar con su familia y escribir un artículo cuando se cumple un año de la desaparición.
Una vez allí, empieza a desempolvar todos los detalles de la desaparición en busca de respuestas. Rodeada de secretos y mentiras, no tardará en notar que su presencia molesta a los habitantes del pueblo. Sobre todo a uno de los principales sospechosos, por quien Alex se sentirá irremediablemente atraída a pesar de lo que parece esconder.
Mi opinión
El último verano de Silvia Blanch es una novela ambientada en Montseny, entre tres episodios temporales: el verano de 2017, cuando desapareció Silvia Blanch, un año más tarde cuando la periodista Alejandra Duarte llega para escribir un artículo sobre la extraña desaparición, y dos años más tarde, en la actualidad, con lo que conllevó a la periodista avivar ese tema.
Los personajes son escasos, pero bien definidos: la desaparecida Silvia Blanch, su novio desde los dieciséis años, Daniel Segura, Jan Blanch (el primo de la desaparecida y su ex Carlota Riera), Josep y Cati (los padres), Cristina (la hermana), Marc (el marido de ésta última), Montse (la propietaria del hostal) y, la protagonista Alex Duarte (la periodista).
Narrada con agilidad, es de lectura entretenida. El comienzo es interesante, pero también es cierto que me ha llevado a confusión, creyendo que era la propia protagonista quien hablaba y he tenido que retroceder páginas para salir de mi error. Esto me ha sucedido en otro par de ocasiones, una debido a una errata y otra que no sé si se ha debido a mi falta de concentración, o a que mis sospechas iban en otra dirección, equivocada he de decir.
«Toda acción tiene sus consecuencias y de nada sirve arrepentirse cuando el mal ya está hecho»
Los ritmos narrativos son dispares. De modo que, después de ese inicio tan atractivo me he encontrado con una narración lenta, algo extraña incluso con una relación sentimental que me ha parecido precipitada, casi diría que introducida con calzador, pero salvado ese escollo, la segunda mitad del libro me ha parecido amena. Tal es así, que me he dedicado a buscar al sospechoso y me he sentido como si participase en una especie de tómbola. Mis conjeturas han ido saltando de un personaje a otro sin control, como si fuera la bola dentro del bombo, dando vueltas lo loco, hasta que ha parado de girar y descubrí al ganador.
Me gustaría señalar (OJO SPOILER) que hubiera sido preferible obviar la frase «Un crimen siempre deja huellas» de la portada, ya que en ocasiones durante la lectura he dudado incluso de que hubiera desaparecido de motu propio.
«No podemos cambiar lo ocurrido, pero está en nuestra mano elegir cómo sobrellevarlo»
Para finalizar, entre todas las citas que he encontrado, me gustaría dejaros una en especial, porque es cierto que el ser humano es propenso a dejarse engatusar y a ver sólo aquello que quiere ver.
«Las apariencias engañan y, a veces, ofuscados, vemos lo que deseamos ver, obviando lo que no tenemos intención de querer saber».
Novela: El último verano de Silvia Blanch
Autora: Lorena Franco
Categoría: Suspense
Recomendación: Es una novela entretenida de fácil lectura para retomar el pernicioso y saludable hábito por la lectura.