Cambiando de tercio he decidido una lectura informal, lejos de thrillers psicológicos. y me he decidido por Ciega a citas, de la escritora, guionista y bloguera Carolina Aguirre, que publicó bajo el pseudónimo de Lucía González.
En una cena familiar Lucía González, una treintañera con algunos kilos de más, se entera de que hermana, Irina la perfecta, se va a casar. Lo que empieza como un festejo se convierte en amargura cuando escucha, sin proponérselo, la apuesta que su madre hace con la hija menor. Muerta de rabia, Lucía decide en silencio desafiar esa apuesta. Tiene siete meses y medio para conseguir un novio y está dispuesta a hacer cualquier cosa para lograrlo.
Mi opinión
Ciega a citas es un libro basado en el blog de la autora. Dividido en siete partes y narrado en primera persona como si fuera un diario, de modo que facilita la lectura. Como novela, me ha resultado entretenida, pero insuficiente.
En un primer momento me ha parecido que podría mejorar en pantalla, y es así como he descubierto que se hizo una serie, una telenovela española emitida en Cuatro y que creo no tuvo mucho éxito.
Me ha costado empatizar tanto con algunos personajes, cuya forma de ser me parece un poco inverosímil (la madre por ejemplo), como por las expresiones argentinas («tenés, dejá de, vos«…) que, si bien me han parecido divertidas y me han recordado a algún actor argentino, en ocasiones su forma de hablar me ha dejado totalmente desorientada, suponiendo un handicap a la hora de disfrutar al máximo de la lectura.
«No tomo mate porque es feo, pero además porque me parece un quilombo al pedo cebarlo cuarenta veces y pasarlo».
La protagonista Lucía González, (Lulú), ha llegado a un punto límite, que todos hemos tenido en determinado momento de nuestra vida; a punto de perder la esperanza.
«Necesito que me pase algo lindo para volver a creer que esas cosas pueden pasarme a mi»
En cuanto al resto de los personajes cabe destacar a la madre, cuyo nombre no creo recordar que mencione y, a parte de soltar pullas como puñaladas a su hija, da consejos como éste:
«Soltero es sinónimo de Edipo, de psicótico, de tartamudo, de neurótico, de pesado, de mamerto y adicto. Vos tenés que buscar un viudo, o un divorciado. Tendrán chicos, pero al menos sabés que alguien los quiso alguna vez»
En el ámbito familiar también menciona a Irina (su hermana, la perfecta y caprichosa). Y entre los compañeros de la oficina: Gisela (recepcionista), El gordo Piñata, Graciela, Simón (márketing que se cree un buen partido), Marcelo Ugly (sensible, hippie, bueno, medio tonto y no muy agraciado), Matías (redactor y enganchado a su ex).
Entre los chicos con los que sale: Rodrigo (ex, gritón ordinario y prepotente), Eduardo (contador, aburrido, presumido), José (peleador, bravucón, maleducado), Ezequiel (minucioso, tranquilo), Willy (adicto al móvil).
En definitiva, Ciega a citas es una historia moderna y entretenida que narra los inconvenientes de la soltería a determinada edad, llevando las escenas (con la familia, las amigas y las citas), al límite del histrionismo y del absurdo.
Para finalizar me quedo con una frase que he encontrado y que pone de relieve cómo el amor cambia a las personas, esperemos que para bien:
«Yo quiero alguien que se muerta por mi. Alguien que no soporte estar con otra persona. Alguien que me mejore y sea mejor porque está conmigo»
Novela: Ciega a citas
Autora: Carolina Aguirre
Categoría: Best seller / Chick lit
Recomendación: Lectura entretenida, pero recomiendo a personas familiarizadas con las expresiones argentinas.