Esta semana me apetecía una lectura relajada, desenfadada y divertida, por lo que me decanté por una novela de Sophie Kinsella, pseudónimo de la escritora británica y antigua periodista financiera Madeleine Wickham, la novela en cuestión es Becky y Minnie se van de Compras.
El argumento se centra en torno a la familia Brandon, compuesta por la protagonista Becky (Bloomwood de soltera), su marido Luke y la hija de ambos, Minnie. Los tres conviven con los padres de Becky, en una eterna e infructuosa búsqueda de casa.
La protagonista es adicta a las compras y parece que es una adicción congénita, ya que su pequeña hija Minnie se encapricha de todo cuanto ve. Becky jamás imaginó que ir con su hija de shopping sería tan difícil, ya que la pequeña Minnie tiene un carácter especialmente provocador y posesivo.
A causa de una promesa realizada, Becky comenzará a cambiar sus hábitos de compras y dejará su actitud egoísta a un lado para centrarse en su familia, sin evitar soltar mentiras, con lo cual el embrollo es considerable.
Me ha costado introducirme en la historia de la protagonista, una mujer caprichosa, compradora y mentirosa compulsiva por igual, por lo que no he llegado a congraciar con esa personalidad que me resulta estúpida, superficial e irritante, malcriando y mimando a su hija, e inventando cualquier artimaña con tal de salirse con la suya.
Personalmente el perfil de la protagonista y su hábito impulsivo y pernicioso por las compras, ha influido para conseguir una lectura frívola. Si bien es cierto que hacia el final del libro he conseguido congratular vagamente con la protagonista y su familia.
Para finalizar os dejo una frase que he encontrado en la novela, que va en coherencia con el argumento. No os esperéis una frase filosófica. Es una afirmación con la que estoy plenamente de acuerdo.
«Las madres son seres multifuncionales».
Novela: Becky y Minnie se van de compras
Autora: Sophie Kinsella, seudónimo Madeleine Wickham
Categoría: Humor
Recomendación: superado un inicio superficial se puede conseguir una lectura definitivamente amena.
Morgana Huxley 