Los padres se vuelven locos por tener nietos, aunque no lo reconozcan. Tanto es así, que si no tienes hijos pero tienes perro, tenlo claro: pasas a un segundo plano.
No sé si lo habréis experimentado, pero en mi caso (y tengo conocimiento de que no soy la única), antes de tener a Luisete, llamaban por teléfono para preguntar por el perro. Es el caso de mi madre, que habitualmente me llamaba y lo primero que preguntaba era:
– ¿Cómo está el Peluche?
Le llamo Peluche, porque recién lavado tiene un indudable parecido a un esponjoso osito de peluche. El caso es que ofende que pregunte por el perro antes que por mi, así que le contestaba de mala gana.
– Yo bien, gracias.
Entonces, para mi sorpresa, respondía:
– Pásamelo al teléfono, que quiero decirle algo.
¿¿??
Sí, esto es real. No me lo he inventado. Lo peor de todo es que, pese a saber que no ladrará siquiera, obedezco poniéndole el teléfono en la oreja. El Peluche se queda quieto y levanta una oreja. Y, en cuanto reconoce la voz al otro lado de la línea (que podría escuchar perfectamente la vecina, por lo que alza la voz mi madre hablando por teléfono), comienza a dar lametones al auricular. Momento en el que, si estoy avispada, le quito el teléfono a tiempo o, en caso contrario, cuelgo el teléfono sin despedirme. Toca limpiar.
Lo que puede resultar más irónico todavía es que la conversación conmigo suele ser más corta. Mi madre está satisfecha de hablar con el perro y saber que está bien. Él es lo primordial.
Feliz Día Mundial de los Animales
Curiosidad:
El 4 de octubre de 1929 por iniciativa de la Organización Mundial de la Protección Animal se declaró el Día del Animal en honor a San Francisco de Asís que consideraba que tanto personas como animales eran criaturas de Dios.
El 4 de octubre de 1980 el entonces Papa Juan Pablo II declaró a San Francisco de Asís patrono de los animales y los ecologistas, momento a partir del cual tomó auge a nivel mundial.
Morgana Huxley 