En la era de las nuevas tecnologías vivimos ávidos de noticias, de modo que cualquier primicia queda obsoleta en cuestión de horas y enseguida se pasa a la siguiente.
Sin embargo, no creo que podamos olvidar ni por un momento a las niñas nigerianas, secuestradas en su escuela por el desalmado de Boko Haram, que día a día siembra el terror en el norte de Nigeria.
Tras los ataques de los últimos días se han producido más de 10.000 desplazados y posiblemente se produzcan muchos más. Y lo que es peor, otras tantas víctimas puesto que, después de los multitudinarios secuestros de niñas en el mes de abril del pasado año 2014, tiene suficientes rehenes como para utilizarlos cometiendo atentados, propagando el caos y el terror por todo el país. Utiliza a las niñas como si fueran juguetes, unas auténticas bombas humas teledirigidas de las que se vale para perpetrar asesinatos en busca de su causa, que no es otra que establecer su propia voluntad.
Boko Haram se escuda en la religión, la cual interpreta a su modo con el fin de someter a la mujer, impedir que estudie y que piense. Actúa utilizando la violencia de forma gratuita y desmedida. Lo único que desea es un protagonismo propio de un ególatra, psicópata y esquizofrénico.
Este desgraciado que no tiene alma ni corazón niega ningún otro Dios que no sea el suyo. Si bien, yo no sé de ningún Dios que autorice a matar, masacrar, violar y aterrorizar a una población entera en su nombre, aunque bien es cierto que desconozco sus enseñanzas en materia de religión, en la escuela sí que me enseñaron que hay un ser que autoriza y disfruta viendo cómo hacen eso, le llaman diablo, Satán, Lucifer y otro sinfín de nombres.
Por casualidad he encontrado durante la lectura del último libro un pasaje de la Biblia que le viene al pelo al susodicho espécimen:
¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas (…)!
Isaías 5:20
Me pregunto por qué la comunidad internacional no pone fin a tanta barbarie, dado que el Gobierno Nigeriano es incapaz de pararle los pies.
Por favor, no nos quedemos impasibles. Ojalá se produjera un movimiento unánime contra tanta crueldad y brutalidad, como ha sucedido en los atentados al periódico parisiense Charlie Hebdo. Unamos nuestra voz y aunemos esfuerzos para evitar que el horror se propague por el mundo.
P.D.: Os dejo el enlace, en inglés, el que podéis visualizar la experiencia de algunas de estas niñas raptadas por Boko Haram que han logrado escapar.