Iria Flavia y el condado de Montmerle son dos puntos contrapuestos de la geografía unidos por un mismo camino. El que realizan sus dos protagonistas, un monje y una niña. La historia de estos dos personajes que se superponen, con doscientos años de diferencia, son narradas en el Alma de las Piedras, la novela de Paloma Sánchez-Garnica.
El argumento se basa en el descubrimiento de los restos del apóstol Santiago por parte del obispo Teodomiro, junto con su fiel escribiente Martín de Bilibio, gracias a las indicaciones del eremita visionario Paio en el año 824.
Doscientos años más tarde, en 1094, en el condado de Montmerle cerca de Borgoña, la joven Mabilia descubre junto a su amigo Ernaud los ataúdes de una vieja cripta en la que se esconde La Inventio.
La novela gira en torno a la senda de las Estrellas. Un recorrido que ha unido durante siglos a peregrinos de todo el mundo con el único objetivo de postrarse ante las reliquias del apóstol Santiago el Mayor, y buscar la veneración y el perdón. Pero, ¿quién se esconde detrás del osario del venerado Apóstol? ¿Son realmente los huesos del santo o son los de Prisciliano?
Iura, periura, secretum prodere noli.
Jura, perjura, pero no reveles el secreto.
Lo cierto es que el auge del culto y la devoción por el santo incrementó el trabajo de los canteros a lo largo de El Camino de Santiago donde las edificaciones se levantaron a medida que se intensificaba el peregrinaje. La labor de los canteros se ha hecho perdurable a través del tiempo y de sus construcciones. Pero también las señales ancestrales para grabar la piedra e indicar el camino hacia Santiago.
Personalmente, durante la lectura he echado en falta capítulos más cortos. Además, la novela pierde fuelle tras la lectura de los dos primeros capítulos al mostrar el descubrimiento en el que se basa la historia de la novela. Momento en que mi interés decayó en picado.
Por otro lado, no parece muy creíble la posibilidad de ocultar la identidad del personaje principal de la novela, Mabilia, a pesar de hallarse recluida durante diez años en un monasterio, conviviendo con monjes, cuando no sólo no le llegó a crecer el vello, sino que tampoco le cambió el tono de voz.
Entre las frases para el recuerdo me inclino por la siguiente:
«no existe peor sabio que el que solo aprecia sus propios razonamientos«.
Novela: El Alma de las Piedras
Autora: Paloma Sánchez-Garnica
Categoría: Best-seller / Histórica
Recomendación: Para todos aquellos que tengan intención de realizar el Camino de Santiago, ya que, es un buen momento para contemplar los detalles de las edificaciones del camino, las iglesias, ermitas y, sobre todo, de la Catedral de Santiago.
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