Traumático. Así se puede definir el primer día de guardería de mi pequeño pajarito.
«Cuando hay libertad, todo lo demás sobra«.José de San Martín (1778-1850) Militar y político argentino
Mi hijo es un alma libre, y como tal, el hecho de que le obliguen a permanecer en un aula encerrado, le deja sin respiración, con el moco tendido y llorando a lágrima viva.
Sólo ha sido posible su sosiego en el patio de juegos, al revolver la arena con una pala. Pero, al regresar al aula volvió el llanto y la desesperación, que sólo consiguió paralizarse al verme, cuando fui a recogerlo. Desde ese mismo instante, ni un segundo se separó de mi lado, ni dejó de aferrar con fuerza mi mano.
Durante el camino de vuelta no cesé de alabar la guardería, tratando de infundir ánimo y allanar el camino para el día siguiente. Finalmente, después de unos minutos de alabanzas le dije:
– Cariño, ¿te lo has pasado bien en la guarde? -pregunté alegremente, a sabiendas del traumático día-. Mañana volvemos, ¿vale?
– No – respondió con seguridad y una sorprendente rapidez. No tardó ni un segundo.
La hora de la siesta no ha sido nada alentadora. Se ha despertado llorando en dos ocasiones. Sí, me habían dicho que el primer día de guardería era duro. Yo, a estas alturas, ni me acuerdo.
Esperemos que el día de mañana sea más tranquilo.
«El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela». (El Talmud)