Una semana de vacaciones es suficiente para dar por finalizada la lectura de las casi 800 páginas de la novela El Descubrimiento de Las Brujas, escrita por Deborah Harkness.
Bajo este esotérico título se encuentra un argumento basado en el descubrimiento de la joven historiadora, Diana Bishop que, en su labor de investigación en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, tropieza con el Ashmole 782. Un ejemplar perdido desde hace siglos, y cuya aparición lleva aparejada consigo la de criaturas fantásticas como brujas, daimones y vampiros. Entre todos ellos destacará la figura de Matthew Clairmont, un vampiro milenario con el que la protagonista vivirá su particular historia de amor.
Reconozco que al principio comencé con interés, pero poco a poco fui descubriendo una novela romántica narrada en primera persona, en la que, sin embargo, no he logrado engancharme del todo.
La narración da un vuelco en los capítulos finales en los que aumenta la emoción, y se desvela (por fin) el verdadero desarrollo de la historia que deja en suspenso el final. Falta el famoso Continuará…
La novela contiene innumerables citas de personajes históricos como Albert Einstein, Abraham Lincoln y Giordano Bruno, pero alejándome de todas ellas, me quedo con la siguiente frase:
«Hasta donde yo sé, hay sólo dos emociones que hacen que el mundo gire, año tras año (…): Una es el miedo. La otra es el deseo«
Novela: El Descubrimiento de las Brujas
Autor: Deborah Harkness
Categoría: Ciencia Ficción/Fantasía
Recomendación: Para los nostálgicos de Crepúsculo, donde un vampiro es el ser más tierno conocido, capaz de enloquecer de amor e inducir temor por igual.